jueves

"Piñas van, piñas vienen, los muchachos se entretienen"


"Clásico del Ring"

El año 2000 a nivel deportivo se destacó por sobre todo en el Ciclismo cuando Milton Wynants consiguió la medalla de Plata en los Juegos Olímpicos de Sydney.Pero no solo de triunfos vive el hombre, si no que a las trompadas también (en algunas oportunidades).
Eso ocurrió en el clásico correspondiente al Torneo Clausura de hace siete años, en una tarde dominguera (como casi todos los clásicos) que comenzó con un clima primaveral y soleado y termino con un día nublado y casi frío pero con la "calentura que hubo dentro de la cancha" el calentamiento global estuvo en sus máximos guarismos.
El partido iba empatado 1 a 1, con goles convertidos para Nacional por parte de Mario Regueiro y para Peñarol empató Gabriel Cedres.
Una jugada en la mitad de la cancha, casi inexistente, fue el detonante de lo posteriormente sucedido, dicen que para un gran incendio alcanza con una chispa, bueno, acá paso lo mismo.
El un clásico alboroto en que cada uno quiere sacar más chapa de guapo (condimento para nada menor en las historias clásicas, muchas veces se destaca más una patada, puteada o similar, que una moña, caño o gol) fue el "Punta pie inicial".
No esta mal, es la historia misma de los clásicos, esos que quedarán para las mejores anécdotas, y en los que cada uno de los fanáticos se pelean por hacer creer que ellos estuvieron en el estadio "El día de"...
Volvemos al ruedo, el bardo estaba casi iniciado, en el centro de la escena como actor protagónico Richard Morales, un moreno, alto, corpulento y con patente de goleador, pero que en aquellos momentos con un perfil bajo (no voy a decir que un desconocido pero tampoco era el referente del cuadro)..Alrededor de él, compañeros y rivales, la cosa parecía que quedaba por ese "ruido" nada más, pero apareció El Gladiador, es decir Julio César Ribas, técnico en aquel momento aurinegro, que sin pedir permiso le propinó un golpe de puño al moreno en cuestión.
A partir de ahí, se "prendieron los motores", los dos brazos largos (del Chengue) se convirtieron en hélices parecidas a las del helicóptero de la serie Lobo de Aire, y no hubo quien no recibiera algún golpe (creo que hasta sus compañeros se deben de haber ligado alguna). Lo que Uds. se imaginen, sucedió.
Patadas voladoras, patadas en el piso, unos que se paraban y daban muestras que alguna vez supieron de este tipo de avatares (caso Mario Regueiro que parecía Apollo Creed el rival de Rocky en la 1 y 2).La fuerza del orden que trataban de separar y algo también se "llevaban".Otros esperaban en el túnel rival a sus contrincantes, como cuando en la escuela se "cortaba pa' la salida" y te esperaban en la esquina.De todo como en botica realmente.
Como será la cosa que los "nenes" de ambas hinchadas solo atinaban al asombro, y hasta un poco celosos, "¿cómo es eso que el bardo se arma adentro de la cancha y nosotros no somos protagonistas?"
Algunos lo calificaron como bochornos, y puede ser que si, hasta las cadenas internacionales se hicieron eco del "circo romano" de aquel domingo vespertino.Aparecieron los moralistas de siempre y los no tanto, los que tienen sentido común y los que no lo tienen. En fin, dio para todo aquel domingo.
Pero la frutilla de la torta fue el procesamiento de nueve jugadores, durante aproximadamente quince días, nueve tipos que terminaron a los golpes en un clásico de fútbol tuvieron la "suerte" de pasar a engrosar la lista de delincuentes de la Cárcel Central.De no creer

No hay comentarios: